Hace poco menos de un año, en redes sociales se me ocurrió esta metáfora de la baldosa floja para explicar como funciona la Biodescodificación y la toma de conciencia.
La motivación fue desmitificar el concepto casi mágico que se veía en redes cuando se hablaba de la Bio, como un elemento divino que curaba o sanaba de un momento al otro a quien fuera tocado por esa varita mágica... por lo que mi instinto de justiciera se despertó y me vi en la necesidad de brindar información realista sobre el proceso.
Hola, mi nombre es Ana Alonso, soy terapeuta en gestión emocional y en este espacio te cuento mi perspectiva sobre algunas temáticas relacionadas con el desarrollo personal. Lejos de buscar ser una fuente formativa, se trata de un encuentro humano, imperfecto, donde el propósito es la reflexión y observación consciente desde diferentes ópticas, ojalá, brindándonos nuevas herramientas para nuestro autoconocimiento.
La Baldosa
Sales de tu casa y caminas por una calle cualquiera, el día anterior llovió, pero eso no te inquieta. De pronto SPLASH! de la forma más pintoresca que tus pantalones pueden recibir, ves como esta baldosa que no estaba firme acumuló agua y te ofrece un resultado digno de Jackson Pollock.
La Biodescodificación busca descomponer para entender, su objetivo es comprender como funciona el mecanismo que activa tu síntoma físico o emocional, el "para que" me pasa lo que me pasa. Los seres humanos tendemos a la repetición automática de comportamientos incluso si nos generan dolor o incomodidad. Algunos de estos comportamientos son obsoletos, otros inconscientes, biológicos. Cuando puedes ver la dinámica, entender su funcionamiento y propósito, puedes elegir conscientemente repetir, actualizar o abandonar esas mecánicas.
Comprender es sanar
Cuando pisas esa primera baldosa, tu instinto se activa, reaccionas (más o menos civilizadamente) se generan químicos en tu cerebro, emociones que graban la experiencia.
Otro día, otra oportunidad: Amaneces, sales de tu casa y vuelves a notar que ha llovido. Sin más, emprendes tu recorrido. Pero hoy, hay una diferencia, a medida que te acercas a esa calle, puedes recordar la frustración de la semana pasada, donde esa maravillosa pieza de cemento aguarda por ti (la baldosa sospechosa), no recuerdas exactamente cual es, pero sabes que estás cerca. Entonces, prestas más atención al camino, y simplemente logras esquivarla satisfactoriamente.
¡Felicidades! ¡has desbloqueado un nuevo nivel en gestión emocional!
Ese es mi trabajo como terapeuta. No podemos cambiar aquello que no podemos ver, pero estar atentos nos permite hacer recorridos más saludables. Es parte de mi trabajo acompañarte a descubrir esos caminos y las baldosas. La vida está llena de ellas, unas más complejas que otras, pero cuantas más identifiquemos más atentos estaremos para no volver a exponernos a esta experiencia, si entendemos que no son positivas para nosotros.
Finalmente, hemos tomado consciencia y eso nos permite tomar decisiones coherentes y conscientes con nuestra realidad y objetivos actuales. No se trata de un proceso mágico, es un proceso lógico racional.
No quieras reparar todo. Cambiar la inacción por el perfeccionismo, te lleva al mismo destino: procrastinar, frustración y delegar la responsabilidad.
Conciencia y amabilidad son la clave. Confía en tu poder de acción y compromiso.
No toda baldosa requiere ser reparada, invierte con conciencia tu energía, a veces solamente se trata simplemente de no exponerte al mismo camino una y otra vez.
Gracias por tu tiempo.